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miércoles, 2 de noviembre de 2011

POEMAS

AL MOSQUITO

Zumba guasón, ¡pendenciero!
Bate el ala, afila el pico,

que un suculento mollero
es manjar para un mosquito.


Vigilando sigo atento,
tus cabriolas en el aire.
Si mi mano agito a tiempo...
¡No habrá nadie que te salve

 

El caracol

 

Tostadito por el sol
entre la arena gozando,
lento, lento, caminando,
va mi amigo el caracol.

Al hombro lleva su casa,
concha dura de la mar,
cual reluciente coraza
de nácar y de coral
.

 

 La cabrita prieta



Mira a mi cabrita prieta,
¡cómo le gusta brincar!
Cuando a veces se me suelta
salta y corre sin parar.

Si yo la llamo me mira,
alza el rabo y lo menea.
A mí me da mucha risa
verla como cabecea.

¡Corre, cabrita traviesa,
por la campiña y la loma!
El verde césped te besa,
los nardos te dan su aroma.


 

Las cinco vocales
Con saltos y brincos,
del brazo las cinco,
muy poco formales
vienen las vocales.
¿Las conoces tú? .
a, e, i, o ,u,
A, grita que grita,
se enfada y se irrita,
y se va al teatro.
E, llama que llama,
se marcha a la cama
con dolor de pies.
I, chilla que chilla,
se sube a una silla
porque ve un ratón.
O, rueda que rueda,
¡sálvese quien pueda!,
rodando se esfuma.
U, muy asustada,
se ve abandonada
y se va a la Luna.



LA VACA LLORONA

La vaca está triste,
muge lastimera,
ni duerme, ni bebe
ni pasta en la hierba.

La vaca está triste, 
porque a su chotito
se lo han llevado
los carniceros
al mercado.

Está tan delgada,
la vaca de Elena,
que en vez de dar leche,
da pena.


LA CIGARRA Y LA HORMIGA

Cantando la Cigarra pasó el verano entero,
sin hacer provisiones allá para el invierno;
los fríos la obligaron a guardar el silencio
y a acogerse al abrigo de su estrecho aposento.

Habitaba la Hormiga allí tabique en medio,
y con mil expresiones de atención y respeto
la dijo: «Doña Hormiga, pues que en vuestro granero
sobran las provisiones para vuestro alimento,
prestad alguna cosa con que viva este invierno
esta triste Cigarra,que alegre en otro tiempo,
nunca conoció el daño, nunca supo temerlo



DOCE CERDITOS

Ocho tetitas
tiene mi cerda,
ocho tetitas
y orgullosa de ellas.

Doce lechoncitos
tuvo mi cerda,
ocho están gorditos
y los otros dan pena.
Cuatro biberones
para los lechones
prepara la abuela,
los cría uno a uno
con santa paciencia,
con mucho cariño,
con leche de oveja.

Los cuatro cerditos
no pueden crecer
(biberón de oveja
no les sienta bien).
En vez de gruñir
sólo dicen ¡beee!

 

LA PEQUEÑA DURMIENTE

No es que el mundo esté bien: es que no existe.
No hay nada alrededor:
sólo tu sueño.
Nada tiene más ley que tu abandono,
tu suave abjuración ,
la dulce apostasía que te ausenta.
No hemos fundado el mundo: nunca cambia.
Pero este cuadro es nuevo
-padre e hija-,
porque sólo el amor es diferente,
sin por ello dejar de ser lo mismo.


MUERTE DE LA ARDILLA

Caía la tarde, ya más dorada que azul.
En el horcajo de un espino, por el sendero
que conduce al pinar, una ardilla
se acurrucaba en forma de espiral,
la cola cargada a la espalda;
su cabeza se amodorraba; toda ella pena,
su pata meneaba una ramilla.

Con sólo una triste mecha de pelo,
bruna la piel, surcada, deseaba morir;
nada ve ya, empañado queda
el verde camino de hojas donde triscó;
en su postrer, desfallecido instinto, siente
cerrarse el estío, detenerse la vida,
el miedo que huye para nunca más volver.


ECCE PUER

Del oscuro pasado
Nace un niño;
De gozo y de pesar
Mi corazón se desgarra.

Tranquila en su cuna
La vida yace.
¡Que el amor y la piedad
Abran sus ojos!



DORMIR
El sueño es en la vida el solo mundo
nuestro, pues la vigilia nos sumerge
en la ilusión común, en el océano
de la llamada «Realidad». Despiertos
vemos todos lo mismo:
vemos la tierra, el agua, el aire, el fuego,
las criaturas efímeras... Dormidos
cada uno está en su mundo,
en su exclusivo mundo:
hermético, cerrado a ajenos ojos,
a ajenas almas; cada mente hila
su propio ensueño (o su verdad: ¡quién sabe!)


LOS CANTOS DE LOS NIÑOS
Yo escucho los cantos de viejas cadencias
que los niños cantan cuando en corro juegan
y vierten en coro sus almas, que suenan,
cual vierten sus aguas las fuentes de piedra:
con monotonías de risas eternas,
que no son alegres, con lágrimas viejas
Que no son amargas y dicen tristezas,
Tristezas de amores de antiguas leyendas.
En los labios niños, las canciones llevan
Confusas la historia y clara la pena
Como clara el agua lleva su conseja
de viejos amores que nunca se cuentan.




 



 

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